jueves, 8 de enero de 2015

EL CHUPETE

El chupete es un objeto con una base de plástico que hace de tope, unida a una tetina con forma de pezón que normalmente suele ser de silicona o caucho. Puede ser una pieza o de dos.
Además las tetinas pueden tener múltiples formas destinadas a diferentes momentos.
Imagen de mamapracticas.blogspot.com.es


Lo usan los bebés y su función es producir calma, ya que al disponer éstos, desde el nacimiento, del reflejo de succión, al introducir la tetina en la boca y ser su forma parecida a la del pezón, el bebé succiona consiguiendo calmarse en momentos de cansancio o hambre.
Otro uso frecuente es el alivio que produce ante el dolor de la salida de los dientes.
Otras personas optan por la utilización del chupete al observar a sus bebés succionar el pulgar y siendo éste un hábito más difícil de corregir que el propio uso del chupete.



Por los usos que indicamos, no debería utilizarse el chupete más de los dos años de edad, puesto que su uso puede convertirse en un hábito y llegar a generar problemas de dentición, de anatomía bucal; enfermedades contraídas por contaminación de bacterias; trastornos de habla; aparición de mordida abierta o invertida; nacimiento de llagas en mucosas orales…

Que se utilice o no depende de cada padre y/o madre. Hay niños que no lo quieren a pesar de ofrecérselo, otros que lo usan continuamente, otros cuyo uso se restringe a dormir, otros como efecto calmante de rabietas…
Podemos leer muchos libros y recomendaciones pero verdaderamente somos los padres quienes decidimos cuándo y cómo emplearlo y hasta cuándo hacerlo. Ya que inicialmente el bebé no lo conoce y no lo necesita. Es una decisión pura de los padres en la que no interfiere ningún especialista.
Es por ello que es conocido como un objeto “salvador” para muchas familias por ayudar al bebé a calmarse y dormir.


Pero, ¿por qué el chupete es algo tan importante para los niños?
Ya hemos dicho que a los padres les hace la vida más fácil al calmar rabietas, ayudar a conciliar el sueño, hacer olvidar dolores… pero ¿para los niños?
Los niños nacen con el reflejo de succión, como ya hemos dicho, y gracias a él, consiguen adquirir su alimento. Si además por él logran otros objetivos como calmarse, dormir cuándo están cansados, relajarse ante una situación excitante… se convierte, finalmente, en su mejor objeto, en algo que forma parte de ellos y de lo que no pueden separarse. Por ello cuesta tanto su retirada, siendo peor cuánto más mayores son los niños y por tanto más conscientes; pues cada vez se genera más necesidad del uso del chupete.
Además, debemos saber, que el primer año el niño se encuentra en una “fase oral” en la que descubre y experimenta por su boca y descubrir el chupete es un complemento ideal. Ya que cuando el niño tiene sueño, está molesto, enfermo, cansado… quiere buscar algo para chupar.

Imagen de imagebesdecaricatura.com


Es importante hacer un uso adecuado del chupete:
-   Para que no interfiera negativamente en la lactancia. Para ello ofrecerlo cuándo sea estrictamente necesario en el primer mes de vida.
-   Elegir un chupete adecuado a la edad del adulto.
-   Que el chupete esté homologado y cumpla con las medidas indicadas para que no se convierta en un peligro.
-   No emplear cadenas que lo atan a la ropa para que no se extravíe, ya que estás pueden generar importantes accidentes.
-   Esterilizarlo con frecuencia, sobre todo los primeros meses.
-   Si se cae al suelo lavarlo con agua no limpiarlo metiéndolo en nuestra boca.
-   Cambiar el chupete cuándo esté deteriorado. Algún fragmento del mismo puede producir asfixia.


A modo de curiosidad, os diremos que chupete en inglés es “pacifier” que significa pacificador.

Ana Marco del Rosa
Logopeda y 
Experta en Atención Temprana

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