lunes, 23 de junio de 2014

OTROS ERRORES QUE PUEDEN HACERME INFELIZ

FALACIA DE LA RECOMPENSA DIVINA
Esta distorsión se constituye a veces en el motor o motivación de muchos comportamientos. La abnegación, el sacrificio, la entrega de mucha gente, es vivida por ésta como un acto de fe que tendrá su recompensa quizá en este mundo, quizá en otro. Impulsa a la persona a actuar de "forma correcta", tal como se espera que lo haga según el rol que le han adjudicado, desatendiendo si es preciso sus propias necesidades y anteponiendo los intereses ajenos. La justificación última de este comportamiento, sin duda distorsionado, es la recompensa que algún día espera obtener.
Cuando la persona sufre, paga por errores que no ha cometido, o está sometida a presiones que superan sus límites, aguantando estoicamente, justifica la aceptación y el sufrimiento en pro de una causa última de origen divino que algún día reconocerá sus esfuerzos y penalidades retribuyéndolos tal y cómo se merece.

Este tipo de distorsión lleva a muchas personas a aceptar situaciones de sufrimiento e infelicidad como algo transitorio que tendrá una recompensa al final. El problema es que hacer cosas que realmente no queremos, renunciar a nuestras necesidades, olvidarnos de nosotros mismos, tiene un coste altamente negativo, y no precisamente en un futuro remoto, sino en el presente. No existe mayor recompensa que la felicidad que se obtiene de atender nuestras propias necesidades y de escuchar nuestros propios deseos, aquí y ahora, y ésa es la que debemos intentar conseguir.


CATASTROFISMO
En nuestra vida cotidiana ocurren hechos objetivamente negativos. Miguel llega contento a trabajar y encuentra una carta de despido encima de la mesa, Carmen decide ir de compras y se da un golpe con el coche.  Estas situaciones merecen nuestra atención y requierén ademas una solución.
Algunas personas hacen mucho más que eso, ponen en marcha una cascada de pensamientos catastróficos que ván más allá del propio acontecimiento, convirtiéndolo en un desastre de proporciones incontrolables. Miguel piensa "me ha destrozado la vida" "jamás encontrare otro trabajo", Carmen piensa "no valgo para nada" "tendré que dejar de conducir, no sé."
Este tipo de pensamientos catastrofistas sumergen a la persona en un estado de ánimo ansioso que le impide realmente tomar decisiones adecuadas.

Ocurren pocas cosas a lo largo de nuestra vida que puedan considerarse realmente catastróficas. Los hechos cotidianos no suelen justificar, salvo excepciones, reacciones cognitivas y emocionales tan intensas. Ante una situación negativa, párate e intenta hacer un análisis racional y objetivo. Analiza el alcance de lo ocurrido sin generalizar, busca soluciones que ayuden a mejorar o cambiar el hecho negativo, y ten en cuenta los porcentajes y las probabilidades para valorar sensatamente las consecuencias de lo que te preocupa.



PARA LLEVAR A LA PRACTICA UN PROGRAMA DE APRENDIZAJE CORRECTO ES IMPORTANTE SEGUIR UNOS PASOS.
El primero de ellos es dividir tu meta en varias submetas. Éstas pueden ser las siguientes: 
- Ser capaz de no criticarme.
- Ser capaz de interpretar correctamente las cosas
- Definir situaciones cotidianas en las que ves que tu ejecución es deficitaria.


Ana Pérez Gómez
Psicóloga

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