miércoles, 7 de mayo de 2014

EL GATEO

Gatear es un estadio del desarrollo psicomotor del bebé, que aparece antes que la deambulación y que se puede dar entre los 8 y los 10 meses. No es un ítem que todos los niños adquieran pues muchos pasan de estar sentados a ponerse de pie y caminar o aprenden otras formas de moverse como reptando, arrastrándose, rodando o desplazándose sentados.

Es el primer método que utiliza el bebé para desplazarse lo cuál le hace más autónomo.

Es importante que tengamos en cuenta que el niño debe estar preparado cognitiva y motrizmente para gatear.
El bebé no llega un día y comienza a gatear de repente. Antes de eso, ha aprendido a tener la cabeza erguida, a ponerse de rodillas, a mantener en esa postura el equilibrio (sobre sus manitas y rodillas), a balancearse y a comenzar a entender qué es el movimiento y cómo realizar éste desde esa posición.
Además, para realizarlo, tiene que tener los músculos de brazos y piernas preparados y fortalecidos lo suficiente. De la misma manera, el gateo le ayudará a continuar fortaleciendo los músculos que posteriormente le ayudarán a ponerse de pie y a comenzar a caminar.

Hay que destacar que no todos los niños realizan el gateo tal y cómo  es: movimiento de coordinación a cuatro patas en el que hay disociación de miembros superiores e inferiores con un desplazamiento hacia delante (el niño se desplaza moviendo a la vez la mano de un lado con la pierna del otro). Y si no es así el desplazamiento no puede llamarse "gateo".

No pasa nada si un bebé no llega a gatear, pero es una fase muy importante que los profesionales recomendamos que los bebés no se salten en su desarrollo y pautamos cómo estimularla para que se produzca. (Como veremos en los artículos de las próximas semanas). 

¿Por qué es tan importante?
Esta etapa del desarrollo psicomotor que requiere gran coordinación se pone en marcha cuándo sucede la conexión entre los dos hemisferios cerebrales, de ahí la disociación entre los miembros del lado derecho y del lado izquierdo del cuerpo). Esto es positivo para el posterior:
·  Desarrollo psicomotor: ya que favorece la musculatura, el equilibrio y la coordinación óculo-manual y óculo-pedestre.
La coordinación óculo-manual va a favorecer el aprendizaje de la lectoescritura y la coordinación óculo-pedestre va a evitar que el niño se tropiece con gran facilidad.

·  Desarrollo intelectual: ya que le obliga por un lado a ser más independiente y aprender a solucionar conflictos que surjan por sí mismo y por otro, el cambio de plano le ayuda a calcular distancias para no sufrir daños.


·  Desarrollo emocional y social: esa independencia le hace estar dónde quiere cuándo quiere y que vaya así, por sus propias experiencia, formando su particular personalidad.

Imagen de www.bebesymas.com


Ana Marco del Rosal
Psicomotricista y Experta en Atención Temprana.

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